Cambio climático

No es bien sabido si el fuego abrasador lo envía dios como purga, como castigo por tanto pecado, por destruir todos esos hijos cuervos su obra, lo público divino que fue y que nos ha sido permitido utilizar; o si acaso es ya la victoria del diablo, del mal, y esto es entonces el tan descrito y aclamado fuego infernal. 
Yo prefiero pensar lo primero, porque en el fondo mi fe en el bien es férrea, y solo puedo rezar porque la palabra divina se cumpla con firmeza. Porque el bien, a pesar de las ideas corruptas del hombre, también y necesariamente causa pena, dolor y sufrimiento. Porque la ira como el amor de dios es tan inconmensurable como él mismo. Que nos abrasemos todos, sin distinción, que paguen justos seres por pecadores hombres, que se limpie la tierra y sea solo, por fin, Lo real.